sábado, 29 de septiembre de 2012

HOSPITAL DEL SEÑOR
Fui al Hospital del Señor a hacerme una revisión de rutina y constaté que estaba enfermo. Cuando Jesús me tomó la presión vio que estaba baja de ternura. Al medirme la temperatura el termómetro registró 40 grados de egoísmo. Hizo un electrocardiograma y el diagnóstico fue que necesitaba varios "by-pases" de amor porque mis venas estaban bloqueadas y no abastecían mi corazón vacío.
Pasé hacia ortopedia: no podía caminar al lado de mi hermano, y tampoco podía abrazarlo porque me había fracturado al tropezar con mi vanidad. También me encontraron miopía, ya que no podía ver más allá de las apariencias; cuando me quejé de sordera Jesús me diagnosticó quedarme sólo en las palabras vacías de cada día. GRACIAS SEÑOR, porque las consultas son gratuitas, por tu gran misericordia. Prometo, al salir de aquí, usar solamente los remedios naturales que recetas en el Evangelio...
Al levantarme tomaré un vaso de AGRADECIMIENTO.
Al llegar al trabajo, una cucharada sopera de BUEN DÍA.
Cada hora un comprimido de PACIENCIA y una copa de HUMILDAD.
Al llegar a casa, SEÑOR, voy a tener diariamente una inyección de AMOR, y al irme a acostar dos cápsulas de CONCIENCIA TRANQUILA. 
¡¡¡¡¡ GRACIAS SEÑOR !!!!! 

NO ES FÁCIL...
... pedir disculpas,
... comenzar de nuevo,
... reconocer un error,
... recibir consejos,
... ser considerado,
... soportar el éxito,
... seguir probando,
... abandonar los malos hábitos,
... perdonar y olvidar,
... salir de la rutina,
... sacar provecho de lo poco,
... mantener una norma elevada,
... descubrir el lado bueno de las cosas,
... aceptar una represión merecida,
... amar, aún a tus enemigos,
... tomar tu cruz cada día y seguir a Jesús...  pero vale la pena.


POEMA ANÓNIMO
Pedí a Dios la fuerza que me diera el triunfo,
y fui hecho débil para que supiera obedecer con humildad.

Pedí la salud que me permitiera hacer las cosas más grandes,
y fui hecho enfermo para que hiciera las cosas mejores.

Pedí las riquezas que me dieran dicha,
y se me dio pobreza para que fuera sabio.

Pedí la fuerza que me ganara el elogio de los hombres,
y fui hecho débil para que sintiera la falta de Dios.

Pedí todas las cosas que me hicieran gozar de la vida,
y me fue dada la vida para que disfrutara de todas las cosas.

Nada recibí de lo que pidiera,
sino todo aquello que había esperado.

Casi a mi pesar, mi oración callada recibió respuesta.
Soy, entre todos los hombres el más abundantemente bendito.